vicente ferrer
nombre

El agua: un derecho universal

Existe una realidad a considerar: si la mayor parte del planeta está cubierta por agua, sólo un 2,5% es agua dulce.

13 septiembre 2019

El agua cubre más del 70% de la superficie del planeta y se manifiesta en océanos, mares, lagos, ríos, aire, suelo, e incluso en los seres vivos, de esta forma, puede considerarse que este elemento es la fuente y el sustento de la vida, teniendo además dos atributos adicionales: contribuye a regular el clima del mundo y con su fuerza formidable, modela la Tierra. 

Ahora bien, existe una realidad a considerar: si la mayor parte del planeta está cubierta por agua, sólo un 2,5% es agua dulce, de la cual, los glaciares, la nieve y el hielo de los cascos polares representan casi el 80%, mientras que el agua subterránea es alrededor del 19%; teniendo esto en cuenta, el agua superficial accesible con relativa facilidad es apenas el 1% del agua dulce del planeta.

En la obtención de agua para el consumo humano, es muy necesario garantizar que ésta sea de calidad para no causar daños a la salud, por ello, se plantean distintos métodos de análisis de aguas, con la finalidad de garantizar su potabilidad; en este punto, es importante mencionar que como recurso, el agua es renovable, puesto que cada año se evaporan aproximadamente 505.000 km3 de agua de los océanos, volumen del cual se precipitan, sobre tierra firme y en forma de agua dulce, aproximadamente 120.000 km3 en un proceso que se conoce como ciclo hidrológico.

La calidad del agua y su importancia

Un aspecto fundamental para el ser humano es la obtención de agua potable a través de métodos que tengan en cuenta las distintas fases del ciclo hidrológico y planteen criterios de sustentabilidad, no sólo para su utilización y distribución del recurso, sino también para la salvaguarda de las cuencas, de las aguas subterráneas, pero sobre todo del tratamiento y de la eliminación adecuada de las aguas servidas.

Esta ha sido una posición tradicional de organismos internacionales, debido a lo escaso que resulta el recurso para millones de personas en el mundo, por ello, son muchas las iniciativas que adelantan esfuerzos en la tarea de proporcionar a la población agua libre de impurezas, pero luego reflexiona con respecto al tratamiento que deben recibir las aguas residuales antes de ser devueltas a los acuíferos para evitar impactos negativos que comprometan aún más la disponibilidad del agua apta para el consumo.

La reutilización del agua: una necesidad en el mundo actual

La Organización de las Naciones Unidas (2005) ha planteado, a través de sus estados miembros, poner fin a la explotación insostenible de los recursos hídricos; de esta manera se han desarrollado planes de gestión integrados y de aprovechamiento eficiente, estableciendo acciones para mejorar el acceso al recurso; algunas acciones se orientan hacia el desarrollo de los servicios de saneamiento del recurso hídrico como mecanismo para compensar el carácter finito de los recursos de agua dulce, el aumento de la demanda y la necesidad de proteger y gestionar debidamente los acuíferos. 

Una de las áreas más sensibles es la referente a las aguas de pozo y regadío, ya que se ven impactadas directamente por las deficiencias en los sistemas de eliminación de excretas, por el uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas, o por el vertido incontrolado de sustancias en los cursos del agua. 

Cualquier afectación a este recurso incide directamente en la calidad de los productos agrícolas y pecuarios asociados al espacio en el que exista el problema y, aunque los problemas descritos se asocian de forma característica a las zonas rurales, las repercusiones finales hacen que el entorno urbano no se escape a esta realidad.

Por ello es necesario rescatar todos aquellos procesos orientados hacia el tratamiento de las aguas, pero por otro lado, son cada vez mayores las iniciativas orientadas hacia garantizar la calidad del agua usada mediante ensayos especializados realizados en distintos momentos del proceso.

Es por ello que los servicios de laboratorio se han convertido en una herramienta indispensable para cumplir con las legislaciones y controles de agua de red, de grifo, de contenidos de materia orgánica e incluso de radioactividad.

Con los equipos especializados y la actuación oportuna, puede evitarse la proliferación y difusión de enfermedades que encuentran en el agua un medio de transmisión; por ello, y en aras de garantizar la salud pública y la calidad de las aguas para distintos usos humanos, se efectúan los análisis de control, que permiten determinar lo adecuado o no que puede resultar una fuente de agua para las distintas actividades laborales, lúdicas, comerciales, industriales o domésticas.

Estos servicios de control de calidad, de toma de muestras y de ensayos, están disponibles a demanda, pero también forman parte de los sistemas de monitoreo que distintas instancias han dispuesto para garantizar que el agua utilizada sea de calidad; el carácter cualitativo, analítico y cuantitativo de las metodologías es la garantía de que los resultados darán solución y disiparan dudas con respecto a cualquier situación que se trate de agua.